Una vez que has escogido el proyecto que deseas desarrollar, todavía es necesario determinar si éste es factible. ¿Qué es la factibilidad? Vamos a retomar el trabajo de Kendall & Kendall (1997), donde nos habla del término de factibilidad. Para los proyectos de sistemas, la factibilidad es valorada en tres formas principales:
"Un proyecto debe ser factible en las tres formas para merecer el desarrollo posterior. El estudio de la factibilidad no es un estudio de sistemas completo. En vez de ello, se usa al estudio de factibilidad para recopilar datos burdos para la administración, para que, a su vez, les permita tomar una decisión sobre si deben continuar con el estudio del sistema" (Kendall, et al., 1997).
Aunque es importante atacar el problema adecuado, el analista de sistemas no debe gastar mucho tiempo haciendo estudios de factibilidad, debido a que muchos proyectos serán solicitados y solamente unos cuantos deberán ser ejecutados. El estudio de la factibilidad debe estar altamente comprimido en el tiempo, comprendiendo varias actividades en un pequeño lapso.
Factibilidad Técnica
Según Kendall, et al., (1997), una gran parte de la determinación de recursos tiene que ver con la valoración de la factibilidad técnica. El analista debe encontrar si los recursos técnicos actuales pueden ser mejorados o añadidos, en forma tal que satisfagan la petición bajo consideración. Sin embargo, algunas veces las "adiciones" a los sistemas existentes son costosas y no valen la pena, debido a que satisfacen las necesidades de forma ineficiente.
Si debemos de desarrollar un nuevo sistema, la pregunta siguiente es si hay tecnología en existencia para satisfacer las especificaciones. En este momento es en donde nos damos cuenta de que todavía no tenemos bases sólidas ni bien especificadas para responder esa pregunta. ¿Estamos seguros de satisfacer las especificaciones? ¿En qué cantidad? ¿Cómo medimos la calidad del software? Debido a esto es que mediante el uso de la propia experiencia y del contacto con los vendedores seremos capaces de responder la pregunta de la factibilidad técnica.
"Por lo general, si la respuesta sobre si una tecnología particular se encuentra disponible y es capaz de satisfacer las peticiones del usuario es "sí", entonces la pregunta se convierte en económica" (Kendall, et al., 1997).
Factibilidad Económica
La factibilidad económica, según Kendall, et al., (1997), es la segunda parte de la determinación de recursos. Los recursos básicos a considerar son:
"El negocio de que se trate deberá ser capaz de hacer ver el valor de la inversión en su ponderación antes de comprometerse a un estudio de sistema completo. Si los costos a corto plazo no son sobrepasados por las ganancias a largo plazo, o no producen una reducción inmediata en los costos de operación, el sistema no es factible económicamente y el proyecto ya no debe continuar" (Kendall, et al., 1997).
Factibilidad Operacional
Kendall, et al., (1997) aborda el tema de la factibilidad operacional, suponiendo por un momento que los recursos técnicos y económicos se juzguen adecuados. El analista de sistemas deberá todavía considerar la factibilidad operacional del proyecto solicitado. La factibilidad operacional depende de los recursos humanos disponibles para el proyecto, e involucra proyectar si el sistema operará y será usado una vez que sea instalado.
Si los usuarios están casados virtualmente con el sistema presente, no ven problemas con él y, por lo general, no están involucrados en la petición de un nuevo sistema, la resistencia ante la petición del nuevo sistema será fuerte. Las oportunidades de que alguna vez llegue a ser operacional son escasas.
En forma alterna, si los usuarios han expresado la necesidad de que un sistema que es operacional la mayor parte del tiempo tenga una forma más eficiente y accesible, se tiene mejor oportunidad de que el sistema solicitado llegue a ser utilizado. Mucho del "arte" de la determinación de la factibilidad operacional se encuentra en las interfaces de usuario que se escogen.
En este momento la determinación de la factibilidad operacional requiere de imaginación creativa por parte del analista de sistemas, así como de su poder de persuasión, que permita que los usuarios sepan cuáles interfaces son posibles y cuáles satisfarán sus necesidades. El analista de sistemas también debe de escuchar cuidadosamente lo que en realidad quieren los usuarios y lo que parece que usarán. Resumiendo, desgraciadamente para evaluar la factibilidad operacional, "...con mucha frecuencia hay que practicar el arte de adivinar" (Kendall, et al., 1997).
Evaluación de la Factibilidad
De lo dicho anteriormente, es evidente que la evolución de la factibilidad de los proyectos de sistemas nunca es una tarea fácil o bien definida. Lo que es más, la factibilidad del proyecto no es una decisión a ser tomada por el analista de sistemas, sino por la administración. Las decisiones están basadas en los datos de factibilidad recolectadas en forma experta y profesional y presentados por el analista.
El analista de sistemas necesita asegurarse de que las tres áreas de factibilidad, técnica, económica y operacional, sean atacadas en el estudio preliminar. El estudio de un proyecto de sistemas solicitado debe ser logrado rápidamente, con el fin de que los recursos que se le dediquen sean mínimos, la información producida por el estudio sea sólida y cualquier interés existente en el proyecto se mantenga alto. Recuerda que éste es un estudio preliminar que precede al del sistema, y debe ser ejecutado en forma rápida y competente.
En este momento debes actuar como un experto de soporte, aconsejando a la administración que el proyecto de sistema solicitado satisface todos los criterios de selección y que será económicamente rentable. No trates de impresionar a los tomadores de decisiones inventando sobre la factibilidad del proyecto, pues tarde o temprano un sistema no rentable o mal planteado será imposible de desarrollar.
Aunque es laborioso, el estudio de la factibilidad vale la pena, y a la larga, ahorra a los negocios y analistas de sistemas gran cantidad de tiempo y dinero.