Al prestar atención a cualquier medio de comunicación, es evidente la gran cantidad de noticias que informan sobre personas que cometen actos despreciables, nocivos y realmente lamentables; sin embargo, también se pueden encontrar notas que dan a conocer personas que encuentran la cura de alguna enfermedad o de gente que ayuda a grupos vulnerables, por mencionar algún ejemplo, pero ¿Cuándo se le consideran como valores?, ¿Por qué se habla de una “crisis de valores”?, ¿Qué papel juegan los valores en la calidad de vida humana?.
Es necesario mencionar que los valores son estudiados por una rama de la Filosofía llamada Axiología, esta última se define como una disciplina que estudia la naturaleza y jerarquía de los valores.
La palabra valor sugiere que se puede adjudicar a una cosa o a una persona una cualidad, un individuo puede hacer esta atribución por su propia convicción o por influencia social. Por esta razón, para algunas personas el dinero puede ser algo muy valioso y para otros algo secundario, otra persona podría considerar un atardecer como algo hermoso mientras que para otra persona es algo sin ningún valor.
De acuerdo con lo anterior, puede pensarse que los valores pueden ser relativos, es decir, que en ocasiones dependen de la cultura, de la época, del lugar; sin embargo, la teoría del objetivismo axiológico considera que la forma de existir de los valores es "objetiva", independiente de las opiniones y valoraciones humanas. Según esta teoría, existen “en sí y por sí” en un reino propio, existen por sí mismos.
Los valores son absolutos, inmutables e incondicionados. Son absolutos porque nunca cambian, son realidades dadas de una vez por todas, eternas y ordenadas en cierta jerarquía, también eterna e inconmovible. Son inmutables porque nunca cambian, son imperecederos, son incondicionados porque no dependen de los sujetos reales para existir. Como no están condicionados por la existencia de cosas o seres humanos, su modo de ser es a priori (antes de la experiencia).
La teoría del objetivismo, entonces, dota a los valores de universalidad; esto significa que representan aspiraciones universalmente anheladas por los seres humanos de todos los tiempos y lugares, porque existen en un mundo aparte del acontecer histórico que se caracteriza por ser cambiante y relativo. Desde este enfoque los valores no pueden ser relativos.
La teoría del subjetivismo axiológico considera que el valor de una cosa lo otorga el propio ser humano, sin tomar en cuenta el objeto; sostiene que el valor se centra en el sujeto. Según el subjetivismo, valoramos solamente lo que se desea y lo que agradable, esto dependerá de los diferentes gustos, sentimientos, aspiraciones, deseos, e intereses de cada persona.
Esta teoría asegura que el origen de los valores radica en la preferencia y en el amor; por lo tanto, valioso es aquello digno de ser preferido, amado, placentero, agradable. Para los subjetivistas el valor nace de aspectos puramente relativos, no hay cosas valiosas sin la presencia valiosa de un sujeto. Según esta teoría, "no hay valores en sí, si no hay un sujeto que le asigne esa cualidad".
De esta manera, los valores están a merced de los deseos e intereses de los seres humanos, sus discrepancias, edades, educación, nacionalidad, costumbres, preferencias ideológicas, políticas, religiosas, condiciones socioeconómicas, etc. Una consecuencia del subjetivismo es el relativismo, pues los valores se tornan relativos y cambiantes dependiendo del individuo.
El valor implica tanto las cualidades objetivas de un objeto, así como el hecho de que esas cualidades sean percibidas por un sujeto en condiciones determinadas.