1.3 Metacognición
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La facultad de gobernarse a uno mismo cuando se aprende es posible gracias a una capacidad genuinamente humana, a la cual se le ha dado el nombre de metacognición, que podría definirse como "la competencia que nos permite a los humanos ser conscientes de parte de nuestra cognición, es decir, de algunos de los procesos y productos que elaboramos en nuestra mente" (Monereo, 2001).

Flavell (1978) fue el iniciador del estudio de la metacognición; la explicaba con estas palabras: "la metacognición hace referencia al conocimiento de los propios procesos cognitivos, de los resultados de esos procesos y de cualquier aspecto que se relacione con ellos, es decir, el aprendizaje de las propiedades relevantes de la información y de los datos" (Burón, 2001, 15).

Burón nos dice que "un estudiante ha de conocer su mente, distinguir las funciones de sus facultades intelectuales (percepción, memoria, atención, imaginación, etc.) y saber dónde, cuándo y cómo tiene que usar cada una de ellas si quiere ser un estudiante exitoso, por lo que el conocimiento de las diferentes operaciones mentales y saber cómo, cuándo y para qué debemos usarlas es el objeto de estudio de la metacognición, que en los últimos años ha contribuido al diseño de métodos que llevan al estudiante realmente a aprender a aprender y aprender a pensar, en donde la metacognición juega un papel central como proceso de darse cuenta y de tomar conciencia de sus propios procesos cognitivos.

"Metacognición es la capacidad que tenemos de autorregular el propio aprendizaje, es decir, de planificar qué estrategias se han de utilizar en cada situación, aplicarlas, controlar el proceso, evaluarlo para detectar posibles fallos y, como consecuencia, transferir todo ello a una nueva actuación".

La mayoría de los autores coinciden en tres dimensiones de la metacognición:

A. Hacerte consciente de tus procesos cognitivos.
B. Monitorear tus procesos cognitivos, lo cual exige:

1. Planificar tu actividad mental antes de enfrentarte a una tarea.

2. Observar la eficacia de la actividad iniciada.

C. Regulación de tu tus procesos cognitivos

En resumen, la metacognición desde el enfoque de competencias y en el contexto de las habilidades de pensamiento, se entiende como el estado de conciencia que permite al sujeto darse cuenta de los conocimientos, habilidades, actitudes y sentimientos asociados al proceso de pensar, lo cual exige una continua autoobservación.

En general, una estrategia para generar metacognición son las preguntas, por ejemplo, ¿de qué me doy cuenta?, ¿qué me facilitó el proceso de resolución de este ejercicio?, ¿cuáles fueron los principales obstáculos en la resolución del problema?, ¿cómo puedo aplicar lo aprendido en otros contextos? La respuesta a éstas y otras preguntas metacognitivas es preferible que las escribas en lo que pudiéramos llamarle un diario de aprendizaje, pues escribir es una forma de reflexionar y reflexionar es una forma de propiciar metacognición.

¿Cuánto es la mitad de dos más dos?

¿Te detuviste a pensar si deberías sacar primero la mitad del primer dos y sumar al resultado el segundo dos, o si deberías sumar los dos números y después obtener la mitad? Si sacaste primero la mitad del primer dos y luego sumaste el otro dos, la respuestas es tres, pero, si sumaste dos más dos sin detenerte a pensar o a preguntarte qué se te pide, entonces, la respuesta es dos.

Si te percataste de que mantuviste un diálogo interno dentro de tu cerebro y si evaluaste tus propios procesos de toma de decisiones y de resolución de problemas, entonces experimentaste un proceso de metaconocimiento. Date cuenta que es importante detenerse a pensar antes de responder y no actuar impulsivamente.

Con base en lo anterior, un principio importante es detenerse a pensar y que te digas: ¡un momento lo voy a pensar!

Ejercicio de metacognición

Deja la computadora levántate, respira tres veces de manera profunda, autoobservando la respiración y la exhalación, estírate como si te acabaras de despertar, mueve tu cabeza en círculos muy despacio, cierra tus ojos y con tus dedos date un pequeño masaje en el cuello y en el cuero cabelludo, concéntrate nuevamente en la respiración y quédate en silencio por un minuto. Ahora, autoobserva tus sensaciones después de estos ejercicios y responde cómo te sientes, de qué te das cuenta.

De Sánchez, M. (1995). Desarrollo de habilidades de pensamiento; procesos básicos del pensamiento, guía del instructor. 2° ed.  México: Trillas, ITESM.

El concepto de cognición (del latín: cognoscere, "conocer") hace referencia a la facultad de los seres de procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido y las características subjetivas que permiten valorar y considerar ciertos aspectos en detrimento de otros. El concepto de cognición es ampliamente utilizado para significar el acto de conocer o conocimiento.

A continuación contesta el siguiente cuestionario de hábitos de autoregulación y de acuerdo con el resultado que obtuviste, proponte mejorar aquel hábito de autoregulación en el que has detectado que te hace falta mejorar:

Haz clic aqui para acceder al cuestionario.

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