Introducción
La Investigación de Operaciones comienza en la Segunda Guerra Mundial ante la necesidad urgente de dividir recursos a las operaciones militares y los diferentes frentes de batalla abiertos de la forma más efectiva. Los Estados Mayores americano e inglés utilizaron a un gran número de científicos para que aplicaran el método científico a los problemas estratégicos y tácticos. Todo el esfuerzo de este equipo de científicos (que fue el primer equipo de Investigación de Operaciones) colaboró de forma trascendente en la victoria final de las tropas aliadas.
Al finalizar la guerra, este generó un gran interés en sus aplicaciones fuera del campo militar y estas mismas técnicas comenzaron a aplicarse en la vida civil.
Historia de la Investigación de Operaciones
Se podría hablar que los orígenes de lo que hoy se conoce como Investigación de Operaciones se remontan al año 1759, cuando el economista Quesnay empieza a utilizar modelos primitivos de programación matemática. Más tarde, otro economista de nombre Walras, hace uso, en 1874, de técnicas similares. Los modelos lineales de la Investigación de Operaciones tienen como precursores a Jordan en 1873, Minkowsky, en 1896, y a Farkas, en 1903. Los modelos dinámicos probabilísticos tienen su origen con Markov, a finales del siglo pasado. El desarrollo de los modelos de inventarios, así como el de tiempos y movimientos, se lleva a cabo por la década de 1820, mientras que los modelos de línea de espera se originan con los estudios de Erlang, a principios del siglo XX. Los problemas de asignación se estudian con métodos matemáticos por los húngaros Konig y Egervary en la segunda y tercera décadas de este siglo. Los problemas de distribución se estudian por el ruso Kantorovich en 1939. Von Neuman cimienta, en 1937, lo que años más tarde culminará como la Teoría de Juegos y la Teoría de Preferencias (esta última desarrollada en conjunto con Morgenstern). Hay que hacer notar que los modelos matemáticos de la Investigación de Operaciones que utilizaron estos precursores, estaban basados en el Cálculo Diferencial e Integral (Newton, Lagrange, Laplace, Lebesgue, Leibnitz, Reimman, Stieltjes, por mencionar algunos), la Probabilidad y la Estadística (Bernoulli, Poisson, Gauss, Bayes, Gosset, Snedecor, etcétera).
La Investigación de Operaciones, como hoy la conocemos, no nació durante la Revolución Industrial, ni con los trabajos de Taylor o los Gilberht. Sería como afirmar que el cálculo integral nació con Descartes. La Investigación de Operaciones nació durante la Segunda Guerra Mundial. Después de 1939 la Alemania Nazi parecía imparable. Con una eficacia impecable los alemanes se hicieron de la mayor parte de la Europa continental; la Wehrmach y la Luftwaffe dominaban tierra y aire e Inglaterra seguía en la lista.
Las operaciones militares llevadas a cabo eran de incalculable dificultad logística. Si se agrupan muchos soldados en un área determinada, podrían ser cercados y dados de baja, o si su distribución era muy dispersa, tendrían flancos débiles que podrían ser utilizados por el enemigo; la cercanía a los centros de recursos, agua, alimento, refuerzos, vías de transporte, etc., constituían variables determinantes. Había que tomar decisiones muy importantes que no sólo costaban dinero, sino vidas humanas, y los aliados lo sabían, así que llamaron a científicos de todas las áreas del conocimiento humano para que ayudaran en las tareas de planeación de las operaciones militares: Biólogos, Químicos, Físicos, Sociólogos, Psicólogos y Matemáticos, entre otros, para aplicar la metodología científica o, como se llamó, para hacer "Investigación de Operaciones Militares".
Uno de los primeros problemas que enfrentaron los científicos fue el de extender el rango de los radares para ayudar a la RAF (Royal Air Force), la Fuerza Aérea Real Británica. Los éxitos logrados hicieron que para 1942 fuera práctica común distribuir matemáticos y físicos dentro de los equipos de planeación militar, este mismo año la metodología sería llevada a la fuerza Naval de su aliado: Los Estados Unidos.
Se puede leer en el libro de James r. Newman (1956), El Mundo de las matemáticas. Madrid: Grijalbo.
"[...] Los analistas de Operaciones Militares se encontraron trabajando en lugares extraños y en diversas circunstancias. En Burma hubo matemáticos que discutieron problemas artilleros con soldados británicos. En Princes Risbourough, un cuartel general seguro, fuera de Londres, unos químicos en combinación con colegas economistas valoraron la capacidad destructora de una bomba, generales que consultaron la estrategia de los carros de combate en la campaña de Italia con bioquímicos; un famoso zoólogo británico fue el hombre clave en el trazado de un plan de bombardeo sobre Pantellaria; oficiales de la marina pusieron bajo secreto a estadísticos y entomólogos, en relación con las pérdidas de submarinos en el Pacífico; el alto mando de la RAF y del ejército del aire norteamericano compartieron su quebradero de cabeza en el asunto de los campos petrolíferos rumanos, campos de adiestramiento franceses, fábricas alemanas de rodamientos a bolas y hélices [...]".
La mayor parte de las técnicas que hoy en día conocemos como parte de la Investigación de Operaciones fueron desarrolladas y usadas en operaciones militares, desde la batalla del atlántico a la campaña del pacífico, desde el desarrollo de estrategia y táctica de los soldados en tierra, hasta la ubicación de submarinos germanos en las aguas del atlántico. Los aliados con la ayuda de la Investigación de Operaciones ganaron la guerra.
Una vez terminada la contienda, los científicos pudieron llevar a la vida civil la metodología empleada durante la guerra, tanto así que en 1948 se abrió el primer curso formal de Investigación de Operaciones en el MIT, un año después que un matemático estadounidense (George Dantzig) hubiera desarrollado la Programación Lineal, que se convirtiera en la punta de lanza durante medio siglo de la IO, por supuesto, la herramienta computacional con que se contó luego ha sido de una ayuda invaluable dentro de la evolución de la ciencia, por los voluminosos cálculos que involucran los modelos.
En nuestros días ya es una práctica común y una herramienta indispensable cuando la complejidad de la toma de la decisión empresarial es grande, sin embargo, no debemos olvidar que lo que ahora estudiamos fácilmente en libros de texto, alguna vez costó "sangre, sudor y lágrimas", como dijo Churchill.