3.3 La competencia perfecta
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Introducción.

En teoría económica se llama modelo a un conjunto de hipótesis, en lo posible pocas y compatibles entre ellas, a partir de las cuales se busca deducir resultados o “teoremas”. En este tema vamos a presentar de manera relativamente detallada las hipótesis del modelo de “competencia perfecta”, también denominado de Arrow-Debreu.

Este modelo está en el corazón de la microeconomía, la cual se ha constituido a partir de éste y le sirve siempre de referencia en tanto considera otros modelos, como el monopolio y el duopolio.

Si la competencia ocupa un lugar tan preponderante en la microeconomía es por dos razones: vuelve posible situaciones consideradas como “buenas” por la sociedad, es su aspecto “normativo”; representa también el caso más simple posible, aunque alguien después de consultar un tratado de microeconomía atiborrado de símbolos matemáticos lo dude.


El modelo de competencia perfecta.

La idea teórica desarrollada por los economistas para establecer las condiciones bajo las que la competencia lograría la máxima eficiencia se conoce como competencia perfecta. Aunque es casi imposible que se produzca en la realidad, la competencia perfecta, como concepto, proporciona el marco adecuado para analizar la funcionalidad de los mercados reales.
La competencia perfecta se caracteriza por:

  • La existencia de muchos productores o vendedores de un artículo, producto o servicio con características similares, actuando en forma independiente y en completa libertad, de tal forma que ninguno tiene el poder suficiente para modificar los patrones de la oferta o la demanda y, por ende, no puede influir individualmente sobre los precios (libre noncurrencia).
  • La libertad de elección se ejerce en la búsqueda de beneficios monetarios personales.
  • Los productos de la empresa en el mercado son homogéneos, o perfectamente estandarizados, por lo que el consumidor no logra hacer distinciones significativas entre uno y otro producto.
  • Existe facilidad de entrar o salir de un mercado, dado que no se requiere demasiado capital para producir o vender el producto, los productos no requieren patentes y no posen ventajas competitivas en sus costos de producción, por lo que no les es fácil la disminución de los precios por debajo del precio del mercado.
  • Hay libertad para que una industria o negocio se expanda o contraiga para ser más competitivo, ajustándose a los cambios en los gustos del consumidor, la tecnología y la oferta de recursos.

El modelo de competencia perfecta sólo podría decirse que existe, o mejor sería decir se acerca, en algunos productos agrícolas, por lo que puede considerarse como un modelo ideal, pero de gran utilidad para entender y poder explicar muchos de los fenómenos económicos del mundo real, cuando los supuestos se satisfacen aproximadamente.

Las demás estructuras de mercado se apartan del modelo perfectamente competitivo, por lo que se les conoce como competencia imperfecta. Se presenta cuando cualquier vendedor o comprador puede influir sobre los precios, por lo que se dice que tiene poder sobre el mercado.

Profundicemos ahora sobre algunos de los requisitos establecidos para que haya un mercado perfectamente competitivo.

Libre concurrencia: Ningún agente puede influir en el mercado. El número de compradores y vendedores es muy alto y las cantidades producidas o demandadas por cada uno de ellos son tan pequeñas en relación con el total que su influencia sobre los precios es inapreciable (ningún fabricante individual ni ningún comprador de trigo puede influir sobre el precio). Para que haya libre concurrencia es imprescindible la libertad de entrada y salida en las industrias, es decir, que no haya barreras que impidan a una empresa dedicarse a producir cualquier cosa (cualquier empresario que lo desee puede destinar su capital a la fabricación de trigo). La expresión "industria" indica el conjunto de empresas que se dedican a producir el mismo bien.

Esta característica no está presente en las situaciones de monopolio (un único productor), duopolio (dos productores), oligopolio (pocos productores), monopsonio (un comprador) y otros mercados no competitivos. En realidad, para que haya verdadera "libertad de entrada y salida" sería necesario que no hubiera costes de transformación, es decir, que la maquinaria destinada a una producción pudiera "reconvertirse" sin coste alguno para producir cualquier otra cosa.

La libre concurrencia en realidad es la excepción y no la regla. Algunos economistas británicos sugirieron que para estudiar el sistema económico habría que empezar analizando el monopolio, que es lo más habitual, y no la libre competencia. En cualquier caso, las ventajas de los mercados de libre competencia son tan grandes respecto de los demás mercados que son presentados como la meta a la que se debe tender: las legislaciones nacionales y las normativas supranacionales se plantean como objetivo explícito el fomento de la libre competencia y la represión de las prácticas que la limitan.

Homogeneidad del producto: Para que haya libre competencia es necesario que el consumidor sea indiferente a comprar el producto de una empresa o de otra; por lo tanto, los productos tienen que ser exactamente iguales; sólo así se hará realidad que si una empresa pusiera el precio por encima del establecido por el mercado, los consumidores dejarían de comprarlo. La homogeneidad debe incluir todas las condiciones de venta tales como garantías o financiación. En la realidad, como todos sabemos, las empresas tratan de diferenciar sus productos mediante campañas publicitarias, envases llamativos o pequeños cambios en el diseño o la composición. Es más, una de las principales virtudes de la libre competencia es precisamente el esfuerzo que obliga a todas las empresas por mejorar continuamente sus productos tratando de diferenciarse por su mayor calidad o menor precio.

Información y racionalidad de los agentes: En los mercados de libre competencia los agentes económicos conocen los precios de todos los productos y factores, sus características y la existencia de posibles sustitutos. En el momento de decidir entre diferentes alternativas, los consumidores elegirán aquellas que maximicen su utilidad y los productores las que maximicen sus beneficios.

Muchas veces la información puede ser un bien escaso y de alto coste. Por ejemplo: antes de adquirir un vehículo necesitamos invertir tiempo y trabajo recorriendo los establecimientos de muchos concesionarios para conocer cuál de los diferentes modelos que nos ofrecen puede proporcionarnos mayor satisfacción. Nuestra decisión en cualquier caso será tomada siempre con información insuficiente porque, ¿quién sabe distinguir cuál es la biela más resistente al desgaste? Antes de pedir una torta en un bar ¿analizamos la mayonesa en varios establecimientos para poder elegir la que tenga menor cantidad de salmonellas? Debido al coste de adquirir más información llega un momento en que renunciamos a seguir investigando, aunque ello pueda tener como consecuencia una decisión de compra incorrecta.

Pero para que la decisión sea la correcta, además de información se necesita racionalidad, es decir, capacidad para analizarla y valorarla. Los agentes deben poder adoptar decisiones que satisfagan sus preferencias. La teoría económica, en principio, considera que los gustos y preferencias están dados, son transitivos e invariables a corto plazo. La transitividad en las preferencias significa que si un individuo prefiere A sobre B y B a C también preferirá A sobre C. Sin embargo, Kenneth J. Arrow ha demostrado mediante su "Teorema de la Imposibilidad" que la sociedad en su conjunto no puede adoptar decisiones racionales y transitivas.

Ya la Escuela Austriaca de Economía partía de que las decisiones de empresarios y consumidores se producían siempre con información incompleta y que lo realmente importante para la existencia de la libre competencia no es la exactitud y racionalidad de la información, sino la igualdad de oportunidades de todos los actores para acceder al mercado y a la información.


El modelo de competencia perfecta a corto plazo.

Como consecuencia de los requisitos mencionados anteriormente, la empresa perfectamente competitiva se enfrenta a una curva de la demanda perfectamente elástica para su producto al precio de mercado (P*). Si una empresa cobra un precio más elevado de P*, la empresa no tendrá ganancias, pues sus ventas serán cero. Si una empresa cobra un precio más bajo que P*, la empresa tendrá una ganancia más baja que el ingreso que puede lograr en P*.

X1
Figura 1

Los ingresos totales de la empresa se calculan como el producto del precio por la cantidad, pues el precio está dado por la oferta y la demanda de mercado. La curva de demanda que enfrenta la empresa es igual al precio de mercado, e igual al ingreso marginal. El ingreso marginal es el cambio en el ingreso total por cada cantidad adicional vendida.

Para la empresa en competencia perfecta, el precio está dado por el mercado, por tanto su ingreso total (IT) se obtendrá como la multiplicación del número de unidades vendidas por el precio, que al ser este último constante, la gráfica del ingreso total será lineal y partirá del origen, ya que si vende cero unidades su ingreso será cero.

X2
Figura 2

Por otro lado, el ingreso marginal (IM) será igual al precio. El ingreso marginal es el ingreso por vender una unidad adicional de producto. Gráficamente se observa que el ingreso marginal es igual al precio, y a su vez el ingreso marginal y el precio representan la curva de demanda que enfrenta la empresa (IM = P = D), tal vimos anteriormente.

X3
Figura 3

Como ya sabemos, el objetivo de cualquier empresa es maximizar u optimizar sus beneficios o utilidades, la utilidad o beneficio es el ingreso total menos los costos totales (GT = IT – CT), en donde los costos incluyen los costos implícitos. La empresa desea hacer el uso óptimo de los recursos, es decir, producir y vender lo máximo al menor costo posible. Esto conlleva obtener la ganancia más alta posible.

X4
Figura 4

La Figura 4 muestra la curva de ingreso total (IT) y la curva de costo total (CT). La diferencia entre ambas curvas dará la ganancia o pérdida (GT = IT – CT). Si la empresa produce la cantidad Q1 su ingreso estará dado por el punto B y sus costos por el punto A, lo cual dará una pérdida (pues los ingresos son menores que los costos). La pérdida se representa por la distancia AB. Si se produce la cantidad Q2 entonces sus ingresos y sus costos son iguales, lo que da una ganancia de cero (punto C). Si incrementa su producción a Q3 obtendrá una ganancia, pues los ingresos están dados por el punto D y los costos por el punto E. Pero aún la ganancia no es máxima, ya que si incrementa su producción hasta Q4 sus ganancias son mayores. Si produce más de Q4, como Q5 o Q6 sus ganancias se reducen y podrían incluso convertirse en pérdidas (como en Q6).

Es por eso que las empresas eligen producir hasta el punto en que el ingreso marginal es igual al coste marginal.

X5
Figura 5

En la Figura 5 en el punto A, el costo marginal y el ingreso marginal se igualan, lo cual implica que las ganancias son máximas. Así se puede decir que:

  • Si el ingreso marginal excede al costo marginal, la empresa debe incrementar la producción.
  • Si el ingreso marginal es menor que el costo marginal, la producción se debe reducir.
  • Si el ingreso marginal es igual al costo marginal, la empresa está maximizando sus ganancias y no debe cambiar su producción.

X6
Figura 6

En la competencia perfecta: ingreso marginal (IM) = precio (P), debido a que la empresa es una aceptadora de precios. Por consiguiente, la empresa en competencia perfecta amplía la producción hasta el punto en donde el costo marginal es igual al precio. De la misma manera, el ingreso marginal es igual al ingreso promedio que es el mismo que el de la curva de la demanda.

X7
Figura 7

  1. Si el ingreso marginal excede al costo marginal, la empresa debe incrementar la producción.
  2. Si el ingreso marginal es menor que el costo marginal, la producción se debe reducir.

En la competencia perfecta: ingreso marginal (IM) = precio (P), debido a que la empresa es una aceptadora de precios. Por consiguiente, la empresa en competencia perfecta amplía la producción hasta el punto en donde el costo marginal es igual al precio. De la misma manera, el ingreso marginal es igual al ingreso promedio, que es el mismo que el de la curva de la demanda.


Toma de decisiones empresariales y oferta a corto plazo.

Como acabamos de ver, la empresa maximizará sus ganancias donde el ingreso marginal se iguale con el costo marginal, pero no se han cuantificado las ganancias. Para lograr esto es necesario incorporar los costos medios (CMeL), también llamados costos totales medios (CTM), que se obtienen dividiendo el costo total entre el número de unidades producidas (CMeL = CT/Q).

Para calcular las ganancias unitarias (ganancia por unidad de producto) se compara el precio con el costo medio:

1. Si P > CMeL, existen ganancias:

X8
Figura 8

2. Si P = CMeL, se está en un punto donde las ganancias extraordinarias son cero, sólo hay ganancias normales:

X9
Figura 9

3. Si P < CMeL, habrá pérdidas:

X10
Figura 10

Resumiendo, señalemos:

  • La empresa producirá con pérdidas si el precio es más elevado que el costo variable medio (P > CVMe), debido a que todavía puede cubrir los costos variables promedio.
  • La empresa suspenderá la producción si el precio es más bajo que el costo variable medio (P < CVMe), debido a que no puede cubrir los costos variables.
  • El precio mínimo que la empresa estaría dispuesta a aceptar para producir con pérdidas y no cerrar se le conoce como punto de cierre, y se da donde el costo variable medio es mínimo.

X11
Figura 11

Para finalizar, veamos gráficamente cuál sería la curva de la oferta individual de la empresa en condiciones de competencia perfecta. La curva es aquella porción de la curva del costo marginal arriba de su intersección con la curva de costos variables medios. La cantidad producida en la intersección entre el costo marginal y la curva de la demanda es la cantidad de equilibrio. Debido a que la empresa suspendería la producción si la curva de la demanda está debajo de la curva del costo marginal, entonces esa porción de la curva de CM no es parte de la curva de la oferta de la empresa.

X12
Figura 12


Las decisiones de las empresas en un mercado perfectamente competitivo a largo plazo.

Sabemos que las empresas pueden seguir funcionando durante un tiempo aun cuando no sean rentables. Esta situación es posible sobre todo en el caso de las empresas que tienen unos elevados costos fijos de capital. Así, se puede comprender por qué en las recesiones económicas muchas de las mayores empresas pueden seguir funcionando a pesar de que pierden en ocasiones hasta miles de millones de dólares. Estas pérdidas plantean una difícil pregunta: ¿es posible que el capitalismo lleve a la «eutanasia de los capitalistas, es decir, a una situación en la que el aumento de la competencia produzca pérdidas crónicas?

Para responder a esta pregunta tenemos que analizar las condiciones de cierre a largo plazo. Hemos mostrado que las empresas cierran cuando ya no pueden cubrir sus costos variables. Pero a largo plazo todos los costos son variables.

Existe, pues, un punto de utilidad nula crítico por debajo del cual no puede mantenerse el precio a largo plazo si queremos que la empresa siga funcionando. En otras palabras, el precio a largo plazo debe cubrir los costos monetarios como el trabajo, las materias primas, el equipo, los impuestos y otros gastos, así como los costos de oportunidad. Eso significa que el precio a largo plazo debe ser igual o superior al costo medio a largo plazo total.

¿Qué ocurre si el precio a largo plazo es inferior a este punto crítico de utilidad nula? Las empresas comenzarán a abandonar la industria al no obtener utilidades. Como disminuye el número de empresas que producen la curva de oferta del mercado a corto plazo se desplazará hacia la izquierda y el precio subirá. Finalmente, el precio subirá lo suficiente para que la industria ya sea rentable.

Pero el proceso también funciona en sentido contrario. Supongamos que el precio a largo plazo es superior al costo medio a largo plazo total, por lo que las empresas están obteniendo grandes beneficios económicos positivos. Supongamos ahora que hay total libertad de entrada en la industria a largo plazo (competencia perfecta), por lo que puede entrar cualquier número de empresas idénticas y producir exactamente con los mismos costos que las empresas que ya están en la industria. En esta situación las perspectivas de obtener utilidades atraerán a nuevas empresas, la curva de oferta a corto plazo se desplazará hacia la derecha y el precio bajará.

Finalmente, bajará hasta el nivel de utilidad nula, por lo que ya no será rentable para otras empresas entrar en la industria; por consiguiente, a largo plazo el precio de una industria competitiva tenderá a alcanzar el punto crítico en el que las empresas idénticas cubren exactamente todos sus costos competitivos. Por debajo de este precio a largo plazo crítico, algunas empresas abandonarían la industria hasta que el precio volviera a ser igual al costo medio a largo plazo. Por encima de este precio a largo plazo entrarían nuevas empresas en la industria, obligando al precio de mercado de nuevo hasta el precio de equilibrio a largo plazo, en el que se cubren exactamente todos los costos competitivos.

Vemos en consecuencia que la condición de equilibrio a largo plazo en una industria competitiva poblada de empresas idénticas que pueden entrar y salir libremente, es que el precio debe ser igual al costo marginal, que debe ser igual al costo medio mínimo a largo plazo de cada una de las empresas idénticas.

Para finalizar con este tema, puedes completar tu información sobre el modelo de competencia perfecta leyendo el documento “Tema 6. La Competencia Perfecta”, consultado en marzo 26 de 2008, en: https://www.gedesco.es/blog/caracteristicas-del-mercado-de-competencia-perfecta/

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